Convulsión febril
Escrito por nuestro Equipo de Profesionales Médicos
Actualizado el
Resumen
Una convulsión febril es un episodio convulsivo que ocurre durante una fiebre alta. Son frecuentes, y no se relacionan con la gravedad del problema de salud que causa la fiebre. Afecta a niños de entre 3 meses y 5 años de edad. Durante la convulsión, es posible que el niño o niña pierda la consciencia, ponga los ojos en blanco, y sus extremidades queden rígidas o se contraigan de forma espasmódica. A pesar de esta actividad inusual, no suele requerir tratamiento. La mayoría de los niños no tienen consecuencias duraderas después de una convulsión febril.
Riesgos
Por lo general, las convulsiones febriles afectan a niños de entre 3 meses y 5 años de edad, y con más frecuencia a niños pequeños. A menudo, las condiciones virales, los resfríos comunes y otras infecciones preceden o se combinan con las convulsiones febriles. Una convulsión febril no necesariamente es un signo de que el niño tiene un problema de salud grave.
Síntomas
El síntoma principal es un ataque o una convulsión que dura menos de 5 minutos en la cual el niño tiene una temperatura de o superior a 38°C (100.4°F). Es posible que el niño pierda la consciencia, ponga los ojos en blanco y que sus brazos y piernas queden rígidos y se contraigan de forma espasmódica (convulsión). Pueden haber otros síntomas, como respiración irregular o vómitos. Después de una convulsión, el niño puede quedar somnoliento, aunque haya estado completamente despierto antes del episodio.
Diagnóstico
Se puede diagnosticar una convulsión febril en una consulta médica tras comunicar la descripción del episodio y revisar el estado de salud reciente del niño. Si la causa de la fiebre es desconocida o la convulsión dura más de 5 minutos, es probable que sea necesario realizar estudios para descartar otros problemas de salud que provocan fiebre y convulsiones.
Tratamiento
Normalmente, las convulsiones febriles pasan rápidamente. Es importante que el niño esté seguro durante la convulsión y por ello es conveniente colocarlo en una cama grande o en el piso, lejos de objetos con los que se pueda golpear. Colocarlo de costado en la posición de recuperación. No es necesario sostener al niño durante la convulsión y no se le debe poner nada en la boca. Controlar el tiempo que dura la convulsión. Si se prolonga por más de 5 minutos y no hay signos de que vaya a terminar, llamar a una ambulancia o lleve a niño a un hospital para que lo examinen.
Prevención
Tratar la fiebre con paracetamol o ibuprofeno puede ayudar a prevenir algunos de los episodios de convulsiones febriles.
Pronóstico
Un niño suele recuperarse en 1 o 2 horas luego de haber tenido una convulsión febril. Es posible que algunos niños tengan otra convulsión, pero no se necesita medicación para prevenir esto. La mayoría de los niños dejan atrás las convulsiones febriles hacia los 5 años. Una convulsión febril no es un signo de una futura epilepsia y no produce daño en el cerebro.