Cáncer de cuello uterino
Escrito por nuestro Equipo de Profesionales Médicos
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Resumen
El cáncer cervical es un cáncer del cérvix (cuello del útero), la parte inferior del útero que desemboca en la vagina. El cáncer de cuello uterino es un cáncer frecuente en las mujeres, y la mayoría de casos son causados por el virus del papiloma humano (HPV, por sus siglas en inglés, o virus de las verrugas). Este virus provoca cambios en las células del cuello uterino que pueden convertirse en cáncer con el paso del tiempo. Los síntomas pueden incluir secreción vaginal inusual, dolor durante las relaciones sexuales y sangrado vaginal después de estas, entre períodos o después de la menopausia. El tratamiento puede consistir en cirugía, quimioterapia y radioterapia. Si se descubre en una etapa temprana, es probable que se cure.
Riesgos
El cáncer de cuello uterino es uno de los cánceres más comunes en las mujeres. La mayor parte de los casos son causados por una infección con el virus del papiloma humano (HPV, por sus siglas en inglés). Las personas que mantienen relaciones sexuales sin protección, quienes tienen múltiples parejas sexuales o que tuvieron su primera relación sexual a una edad temprana tienen más probabilidades de contraer el virus HPV y desarrollar cáncer de cuello uterino. Las personas con un sistema inmunitario muy debilitado, como aquellas que desarrollaron el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (SIDA) debido a una infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) también tienen mayor riesgo de cáncer de cuello uterino. Otros factores que aumentan el riesgo de cáncer de cuello uterino son fumar, tener un historial de enfermedades de transmisión sexual y tener un familiar que padeció este tipo de cáncer.
Síntomas
Los síntomas incluyen flujo vaginal, sangrado vaginal entre las menstruaciones o después de las relaciones sexuales, dolor durante las relaciones sexuales y dolor en la parte inferior del vientre. Muchas mujeres que tienen cáncer de cuello uterino no tienen síntomas, por lo que es importante realizar los exámenes de control (análisis para descubrir el cáncer en personas que no tienen síntomas).
Diagnóstico
El diagnóstico puede realizarse durante un examen de detección que identifica cambios en las células del cuello del útero. Las mujeres deben realizarse regularmente exámenes de control (sin tener síntomas) de cáncer de cuello uterino, siendo el análisis más común el Papanicolau (citología). Para esto, se toman muestras de las células del cuello uterino y se observan con un microscopio. Si se encuentran signos de que se podría estar desarrollando un cáncer, es posible que se tome una biopsia (una muestra más grande de tejido del cuello uterino) para identificar su tipo.
Tratamiento
Si en el cuello uterino existen células con altas probabilidades de convertirse en cáncer con el tiempo, se extraen mediante un procedimiento llamado escisión amplia con asa de la zona de transformación (LEETZ por sus siglas en inglés). El tratamiento del cáncer de cuello uterino depende de su tamaño, del tipo exacto de cáncer y de si se ha propagado. La combinación de estos factores determina la etapa del cáncer. Dependiendo de la etapa, el cáncer de cuello uterino puede tratarse con radioterapia, cirugía y quimioterapia o con una combinación de estas. En una consulta oncológica se puede obtener el mejor consejo sobre el tratamiento de cada caso.
Prevención
La vacunación contra el virus del papiloma humano ayuda a prevenir la mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino. Actualmente esta vacuna se administra a las niñas de entre 9 a 14 años como parte de los calendarios nacionales de vacunación. El examen de control de cáncer de cuello uterino (Papanicolau o citología) también es muy importante porque permite detectar y tratar el cáncer en una etapa temprana. El uso de condones durante las relaciones sexuales ayuda a evitar la principal causa de cáncer de cuello uterino, el virus del papiloma humano (HPV, por sus siglas en inglés) o virus de las verrugas.
Pronóstico
El pronóstico del cáncer de cuello uterino depende de la etapa en la que se diagnostique. Las personas que reciben un diagnóstico temprano tienen menos probabilidades de tener cáncer en otras zonas del cuerpo y tienden a responder mejor al tratamiento. Si una persona recibe el diagnóstico cuando el cáncer está más avanzado, probablemente descubra que este se propagó y es más difícil de tratar. Los especialistas en oncología pueden brindan la mejor información sobre el pronóstico (o resultado) en casos individuales.