Infección por herpes zóster
Escrito por nuestro Equipo de Profesionales Médicos
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Resumen
La infección por herpes zóster, comúnmente llamada culebrilla, es una infección viral frecuente producida por el virus de la varicela (virus varicela-zóster), que se puede reactivar y causar nuevos síntomas. La culebrilla tiende a afectar a personas mayores o aquellos que tienen debilitado el sistema inmunitario. Produce una sensación de ardor seguida por una erupción de ampollas que normalmente sólo afecta una zona del cuerpo. La culebrilla es bastante característica y por lo general, es suficiente para hacer un diagnóstico. Esta infección se trata con medicamentos antivirales y además se debe evitar el contacto con aquellas personas que no fueron vacunadas contra la varicela o que tienen el sistema inmunitario debilitado. La erupción suele empezar a mejorar en dos semanas y si bien la mayoría de las personas se recupera bien, algunas pueden quedar con un dolor persistente en la zona.
Riesgos
El herpes zóster es una infección producida por el virus varicela-zóster (VVZ) que causa dos condiciones diferentes. La primera es la varicela, una erupción generalizada de ampollas. El virus permanece inactivo en el cuerpo por varios años antes de reaparecer en forma de culebrilla. Si bien haber tenido varicela impide que una persona vuelva a contraer esa infección, no la hace inmune a la culebrilla. La culebrilla afecta a personas mayores o que tienen debilitado el sistema inmunitario. Las personas que tuvieron varicela durante la niñez son propensas a desarrollar esta condición médica.
Síntomas
La culebrilla suele comenzar con un hormigueo o ardor en una parte del cuerpo, seguido de una erupción de ampollas. Es posible que la zona se sienta adormecida. Si bien la erupción puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, es más común que se presente en el pecho, la espalda, los hombros o la cara. Con el tiempo, las ampollas explotan y se forma una costra. Las personas con culebrilla pueden tener fiebre, perder el apetito y sentir un malestar generalizado.
Diagnóstico
El diagnostico se puede realizar normalmente basándose en los síntomas y la apariencia de la erupción. Si no se está seguro del diagnóstico, se puede confirmar mediante análisis de sangre o tomando una muestra del líquido de la erupción para analizar la presencia del virus.
Tratamiento
La culebrilla se trata con medicamentos antivirales y en una consulta médica, se pueden recetar esteroides en comprimidos para reducir la inflamación y la picazón, pero en la mayoría de los casos, no es necesario. Los medicamentos antiinflamatorios, como el ibuprofeno, pueden ayudar a aliviar el dolor y la inflamación. Las personas que tienen culebrilla deben intentar no rascarse en el lugar de la erupción.
Prevención
Las personas con culebrilla deben evitar el contacto con aquellas que no fueron vacunadas contra la varicela (en especial los recién nacidos) o que tienen el sistema inmunitario debilitado. Las vacunas contra la varicela y el herpes zóster pueden ayudar a prevenir y reducir la gravedad de algunos casos de culebrilla.
Pronóstico
El dolor y la erupción suelen mejorar en 2 semanas y por lo general la recuperación es buena si no hay otros problemas de salud. Si bien muchas personas no desarrollan otras complicaciones, algunas pueden tener dolor persistente en la zona de la erupción. Los adultos mayores o las personas con el sistema inmunitario debilitado pueden desarrollar complicaciones después de un episodio de culebrilla, como por ejemplo: infecciones en el cerebro, en los nervios o en el ojo o síntomas similares a los de un derrame cerebral.