Torsión testicular

La torsión testicular describe una condición en la que el testículo se tuerce en el escroto, lo que causa que el suministro de sangre al testículo se bloquee. Es una emergencia porque el testículo puede morir por falta de oxígeno. Los recién nacidos, los niños y los adolescentes son los más comúnmente afectados. El síntoma más común es un dolor repentino en la ingle, a menudo acompañado por náuseas y vómitos. El diagnóstico se puede basar en una ecografía del escroto. El tratamiento consiste en una cirugía para destorcer el testículo y reposicionarlo en el escroto, la cual debe realizarse lo antes posible para evitar daño al testículo. Con diagnóstico y cirugía tempranos, la mayoría de las personas se recuperan bien.

Los testículos suelen estar sujetados en el escroto (el saco muscular que cuelga debajo del pene) desde arriba y por detrás. En algunos casos el testículo no se queda fijo y es posible que se tuerza. La torsión bloquea los vasos sanguíneos del testículo, lo que causa los síntomas y puede provocar la muerte del testículo. La causa de la torsión se desconoce en muchos de los casos, pero puede ocurrir después de una cirugía escrotal o de una lesión en el escroto. Esta condición médica es más común antes de los 2 años de edad y entre los 12 y 18 años de edad.

El síntoma más común es un dolor repentino en la ingle y el escroto. Esto puede estar acompañado de náuseas y vómitos. En algunos casos, el escroto puede ponerse rojo e hincharse.

El diagnóstico suele sospecharse a partir de los síntomas y el aspecto del escroto. El diagnóstico suele confirmarse con una ecografía o, muy comúnmente, durante una cirugía de emergencia. Se pueden realizar análisis de sangre y de orina para descartar cualquier otra causa asociada a los síntomas.

El tratamiento consiste en un procedimiento quirúrgico para destorcer el testículo y reposicionarlo en el escroto. Si el testículo se ha dañado severamente será removido.

Si bien no es posible prevenir la torsión testicular, un buen tratamiento quirúrgico puede prevenir que el testículo se vuelva a torcer.

Si se diagnostica y se trata a tiempo, existe una alta probabilidad de poder salvar el testículo antes de que se produzca daño. Si no se diagnostica y se trata, el testículo puede morir por falta de oxígeno y tendrá que ser removido. Esto puede afectar la fertilidad (la capacidad de engendrar hijos) en la vida futura.

• torsión de un testículo alrededor de su cordón