Trastorno límite de la personalidad

El trastorno límite de la personalidad (TLP) es una condición que se desarrolla cuando una persona adquiere ciertos rasgos de personalidad y patrones de conducta que le causan problemas en sus relaciones sociales. Aunque no es necesariamente una enfermedad, puede generar dificultades en algunos aspectos de la vida de la persona afectada. Las personas que tienen TLP tienden a tener un estado de ánimo inestable, dificultad para controlar sus pensamientos y emociones y se predisponen a actuar impulsivamente. A veces estos rasgos llevan a una conducta autolesiva (hacerse daño a si propio), dificultad en las relaciones y reacciones exageradas ante acontecimientos estresantes. Estos rasgos de personalidad tienden a presentarse en personas que tuvieron una niñez o una adolescencia difícil. El tratamiento puede consistir en orientación psicológica.

La personalidad es la manera como una persona reacciona ante otras personas y los hechos de su vida. La personalidad se forma durante la niñez como resultado de las relaciones familiares, las dificultades y las experiencias de la niñez. Los rasgos de personalidad también se pueden heredar parcialmente de los padres. Si una persona desarrolla rasgos de personalidad que le causan dificultades en su vida, esto se conoce trastorno de la personalidad. Una de las principales causas del trastorno límite de la personalidad (TLP) es una experiencia traumática de la vida ocurrida en la niñez, como puede ser un descuido de los padres, abuso sexual y violencia física. Esta condición es relativamente común, y se cree que alrededor del 3% de la población general puede tener estos rasgos de personalidad. Los rasgos de personalidad tienden a causar la mayoría de los problemas en los primeros años de la adultez, y van dejando de provocar dificultades a medida que la persona afectada envejece. La tendencia indica que tiende a afectar más a mujeres que a hombres.

Las personas que tienen trastorno límite de la personalidad tienden a poseer un estado de ánimo inestable y dificultad para controlar sus pensamientos y emociones. Es posible que sientan emociones encontradas con frecuencia. Estas personas tienden a actuar por impulso y, a veces, con agresividad. Por veces estos rasgos llevan a una conducta autolesiva, dificultad en las relaciones y reacciones exageradas ante acontecimientos estresantes. Es posible que las personas que tienen este trastorno noten que en diferentes relaciones experimentan problemas similares. También es posible que presenten conductas de riesgo, como consumo de drogas, trastornos alimentarios y una tendencia a dañarse a sí mismos.

El diagnóstico del trastorno límite de la personalidad se obtiene después de una evaluación psicológica profunda, que considera múltiples aspectos de la vida de una persona. El diagnóstico suele ser difícil, ya que las personas que tienen el trastorno límite de la personalidad pasaron por experiencias complicadas que formaron su personalidad. Para llegar al diagnóstico de trastorno límite de la personalidad, se deben descartar otras causas de los síntomas en una consulta médica, como depresión, ansiedad o trastorno de estrés postraumático.

El tratamiento apunta a enseñarles a las personas que tienen estos rasgos de personalidad a manejar las dificultades, las relaciones y la conducta impulsiva. Generalmente esta orientación está a cargo de un psicólogo. Es posible que una persona con trastorno límite de la personalidad demore en aprender nuevas formas de enfrentar los problemas, pero el tratamiento puede ser efectivo si la persona tiene determinación. Podrían recetarse medicamentos para aliviar los síntomas de depresión o ansiedad, porque las personas que tienen TLP también suelen tener estos problemas.

El trastorno límite de la personalidad es difícil de prevenir. Brindar apoyo afectuoso y estable los niños o jóvenes que está atravesando momentos difíciles puede ayudar, como también la detección y el tratamiento tempranos de rasgos de personalidad difíciles.

Puede ser difícil tratar el trastorno límite de la personalidad, pero con la orientación y el apoyo de un profesional es posible. Las personas que no se tratan probablemente superen algunos aspectos del TLP con el paso del tiempo, pero es posible que continúen teniendo dificultades en algunas áreas de sus vidas.