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Ataque isquémico transitorio

Escrito por nuestro Equipo de Profesionales Médicos

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Resumen

Un ataque isquémico transitorio (AIT), a veces llamado un miniderrame, es una condición neurológica repentina y de corta duración. Es causado por un bloqueo pequeño y pasajero en un vaso sanguíneo del cerebro. Los síntomas duran menos de 1 hora en la mayoría de los casos, aunque pueden durar hasta 24 horas. Los síntomas comunes incluyen pérdida de visión, dificultad para hablar y debilidad de la cara, brazo o piernas. El tratamiento apunta a prevenir otro ataque isquémico transitorio y un derrame cerebral diluyendo la sangre y manejando los problemas de salud que aumentan el riesgo de un derrame cerebral. Si bien el ataque isquémico transitorio en sí mismo no causa un daño permanente al cerebro, es una señal de advertencia de que podría ocurrir un derrame cerebral en el futuro cercano. Las personas que han tenido un ataque isquémico transitorio deben analizar los pasos a seguir en una consulta médica para prevenir derrames cerebrales.

Riesgos

Un ataque isquémico transitorio es causado por un bloqueo pequeño y pasajero en un vaso sanguíneo del cerebro. Esto provoca que una parte del cerebro se quede temporalmente sin oxígeno, causando los síntomas del ataque isquémico transitorio. Se trata de una condición que puede afectar a cualquiera, pero es más frecuente en personas mayores de 60 años. Algunos problemas de salud, en especial presión arterial alta, diabetes, fibrilación auricular (ritmo cardíaco anormal) o niveles elevados de colesterol, aumentan el riesgo de desarrollar esta condición médica. Las personas que fuman y quienes tienen un familiar que ha tenido un derrame cerebral también corren mayor riesgo de tener un ataque isquémico transitorio.

Síntomas

Los síntomas de un ataque isquémico transitorio pueden diferir levemente de una persona a otra, pero siempre son de corta duración. Duran menos de 1 hora en la mayoría de los casos, pero pueden extenderse hasta 24 horas. Pueden incluir pérdida de visión, dificultad para encontrar las palabras y debilidad de la cara, brazo o pierna. También es posible que haya cambios temporales de conducta y alteraciones en la memoria y los movimientos.

Diagnóstico

El diagnóstico puede hacerse en base a una descripción de los síntomas y un examen del sistema nervioso. Después de un ataque isquémico transitorio deben hacerse estudios en busca de los factores que aumentan el riesgo de un derrame cerebral en el futuro cercano. Esto puede involucrar análisis de sangre, una ecografía de los vasos sanguíneos del cuello y, posiblemente, una resonancia magnética o tomografía computarizada de la cabeza.

Tratamiento

El tratamiento después de un ataque isquémico transitorio puede involucrar tomar medicamentos para diluir la sangre. Tener un ataque isquémico transitorio aumenta el riesgo de derrames cerebrales en el futuro, por eso tratar otros problemas de salud, en especial presión arterial alta, niveles elevados de colesterol, fibrilación auricular y diabetes, es una parte importante del tratamiento.

Prevención

Los cambios en el estilo de vida como llevar una dieta saludable, realizar actividad física regular, dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol son todos factores que reducen el riesgo de tener un ataque isquémico transitorio y derrame cerebral. Un buen control de la presión arterial alta, de los niveles elevados de colesterol y diabetes pueden ayudar a prevenir un ataque isquémico transitorio. Las personas que tienen problemas de salud que aumentan el riesgo de que se formen coágulos de sangre en el corazón, tales como fibrilación auricular, deben considerar tomar medicamentos para diluir su sangre.

Pronóstico

Un ataque isquémico transitorio no causa ningún daño permanente al cerebro. Sin embargo, un ataque isquémico transitorio es una señal de mayor riesgo de un derrame cerebral en el futuro cercano. Las personas que han tenido un ataque isquémico transitorio deberían analizar las medidas a tomar para reducir su riesgo de un derrame cerebral en una consulta médica.


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