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Prostatitis no bacteriana

Escrito por nuestro Equipo de Profesionales Médicos

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¿Qué es la prostatitis no bacteriana?

La prostatitis no bacteriana es una condición en la que existe un dolor persistente en la zona que rodea la glándula prostática. Esta condición a veces también se llama prostatitis crónica (de larga duración) o síndrome de dolor pélvico crónico.

Si bien la condición es llamada prostatitis, no se sabe con certeza si la próstata es la causa del dolor. La próstata es una glándula con forma de nuez situada justo debajo de la vejiga de los hombres. Tampoco se conoce la causa exacta de este problema de salud, pero sí se sabe que no es causada por una infección bacteriana. Es más común en hombres mayores que tienen un agrandamiento de próstata.

Los síntomas comunes incluyen:

  • dolor en la zona entre el escroto y el ano,
  • dolor lumbar,
  • dolor al eyacular,
  • dolor al defecar u orinar,
  • ocasionalmente sangre en la orina o el semen.

El tratamiento incluye medicamentos para reducir el dolor y relajar los músculos de la glándula prostática, combinando a menudo con antibióticos. La prostatitis no bacteriana puede ser difícil de tratar y muchas personas notan que en el mejor de los casos sólo adquieren control parcial de sus síntomas, incluso luego de intentar varias alternativas de tratamiento.

Otras denominaciones: Inflamación de la próstata.

¿Cuáles son los riesgos de la prostatitis no bacteriana?

La próstata es una glándula con forma de nuez que está ubicada debajo de la vejiga y forma el principio de la uretra (tubo por el cual la orina sale de la vejiga). Si bien este dolor continuo en la zona se la llama prostatitis, no se sabe con certeza si la próstata responsable del dolor, ya que la causa es desconocida.

En algunos casos, puede haber una inflamación en la zona sin una causa específica; en otros, el dolor puede venir del músculo o los nervios de la zona. Esta condición médica es más común en hombres mayores que tienen un agrandamiento de próstata y en hombres con otros problemas de salud, como fibromialgia o síndrome de colon irritable.

¿Cuáles son los síntomas de la prostatitis no bacteriana?

El síntoma más común es un dolor que se siente en la zona perianal, el espacio entre el escroto (la bolsa muscular que contiene los testículos) y el ano, y también puede haber dolor lumbar.

Otros síntomas incluyen:

  • dolor al eyacular,
  • dolor al defecar u orinar,
  • sangre en la orina o el semen.

Algunos hombres advierten que tienen que orinar con mayor frecuencia, o que tienen un flujo débil de orina. La disfunción eréctil a veces es un síntoma de esta condición médica. Estos síntomas pueden estar asociados con un decaimiento anímico.

¿Cómo se llega al diagnóstico de la prostatitis no bacteriana?

El diagnóstico suele hacerlo un especialista en urología (especialista en el tracto urinario) basándose en los síntomas y en un examen de próstata. Para diagnosticar la prostatitis no bacteriana hay que descartar otras causas posibles de los síntomas. Esto puede involucrar análisis de orina, de semen y de sangre. En algunos casos, podría requerirse una ecografía de la próstata o una tomografía computarizada (TC) del abdomen.

¿Cuál es el tratamiento para la prostatitis no bacteriana?

El tratamiento incluye medicamentos para reducir el dolor y relajar los músculos de la glándula prostática, y a menudo tratamiento con antibióticos. Muchas personas advierten que reducir el tiempo que se pasan sentadas ayuda a aliviar los síntomas. Hacer ejercicios suaves que no ejerzan presión en el suelo pélvico también podría ayudar y algunas personas descubren que la acupuntura es beneficiosa.

El apoyo emocional y psicológico también es muy importante para ayudar a que las personas logren controlar sus síntomas. Una cirugía para extraer la próstata podría ser una alternativa para los hombres mayores, pero puede producir dificultades para lograr erecciones.

¿Cuál es el pronóstico de la prostatitis no bacteriana?

El tratamiento de la prostatitis no bacteriana es difícil y puede ser frustrante. Muchas personas encuentran que solo adquieren control parcial de sus síntomas, incluso luego de probar varias terapias. En estos casos es importante contar con un apoyo emocional confiable y continuo.


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